Para muchos, decir “no” puede ser especialmente difícil. La cultura de la complacencia nos induce a ceder ante las demandas de otros, por miedo a la confrontación o a la desaprobación
Para algunas personas, decir “no” puede ser especialmente difícil, ante la incapacidad de establecer límites y expresar las propias necesidades, fundamental en el desarrollo personal y profesional.
La ciencia respalda la importancia de la asertividad, y poseerla puede tener un impacto significativo en nuestro bienestar emocional y mental.
El diccionario de la lengua española define la asertividad como “dicho de una persona que expresa su opinión de manera firme y con seguridad, respetando las ideas de los demás”.
Psicológicamente, “ser asertivo es una habilidad que fomenta la seguridad en uno mismo, la empatía y el respeto a los demás y ayuda a la buena gestión de las emociones”.
La falta de asertividad conduce a sentimientos de resentimiento, estrés y ansiedad.
Es momento de decir “No”
Al proteger nuestro tiempo y energía, nos volvemos más adaptables y capaces de enfrentar los desafíos; resilientes; ¿cómo hacerlo?:
- Tienes derecho a decir No: Recuerda, tienes el derecho a priorizar tus necesidades.
- Practica la empatía: Al decir “no”, es útil reconocer los sentimientos de la otra persona. Esto puede suavizar la respuesta. Frases como “Entiendo que esto es importante para ti, pero actualmente no puedo comprometerme”.
- Sé directo y claro: No es necesario dar explicaciones largas. Un simple “no, gracias” o “no puedo hacerlo en este momento” es suficiente.
- Ofrece alternativas: Si es posible, ofrece una alternativa que no comprometa tus límites.
- Practica, practica y practica más: Como cualquier habilidad, la asertividad requiere práctica. Comienza con pequeñas cosas en tu vida cotidiana. Decir “no” a algo trivial te dará la confianza necesaria para enfrentarte a situaciones más significativas.
Aprender a decir “no” mejora la calidad de vida individual, también fomenta relaciones más sanas y respetuosas hacia tu entorno.