Inocencia y un alto sentido de conciencia son dos elementos fundamentales que se muestran en cada pintura, boceto u objeto intervenido por Román de Castro
Román de Castro estuvo en Querétaro como parte de un programa de residencias artísticas impulsadas por hotel Hércules, que busca abrir un espacio para artistas plásticos que podrán venir, vivir la experiencia y trabajar dentro de los talleres ubicados en la antigua textilería, que, en palabras de Román, es un espacio que todo el tiempo te da muchos estímulos para la creación.
Originario y habitante de la Ciudad de México, Román se caracteriza por plasmar su arte en objetos poco convencionales, mezclando el arte literario con la pintura, mostrando como resultado final piezas que, además de ser estética- mente atractivas, tienen literalmente un mensaje escrito, ideas que De Castro quiere compartir y otras más que necesitan ser leídas e invitan a la reflexión.
La honestidad de sus obras y el uso de técnicas poco convencionales han llamado considerablemente la atención de los críticos y especialistas de arte, considerando a Raúl uno de los artistas emergentes más reconocidos del país.
¿Cómo te inicias en el arte?
Fue un accidente. Yo quería hacer cine, pero en el camino te das cuenta de que es muy complicado hacer cine en México, es mucha burocracia y hay muy pocos espacios. Me salí de la carrera de cine y mi familia, que se dedica al periodismo, me dice: ‘En lo que retomas, vente a trabajar con nosotros’. Estuve un tiempo ahí y luego estuve en un par de revistas. Entró la pandemia y ahí fue cuando comencé a hacer todo esto. Digo que fue un accidente porque surgió un poco del aburrimiento: yo vivía solo y no tenía mucho que hacer dentro de cuatro paredes, siempre me gustó escribir y ahí comencé a pintar y junté estas dos partes de mí, empecé a enseñarle lo que estaba haciendo a la gente y poco a poco se fue dando. Ahora me dedico a esto gracias a estar aburrido.
¿Cómo defines tu trabajo?
Definitivamente, en cuanto a la técnica, hay inocencia. Al haber comenzado a pintar hace relativamente poco tiempo, para mí es mostrar esa parte más inocente, más cruda, más honesta de la pintura; siento que se aproxima mucho más a un boceto que a algo perfectamente estilizado, porque también me gusta mantener esta idea de aproximarme a las cosas, tener esa conciencia de que lo que ves es lo que hay. Mi pintura es muy honesta en el sentido de que no busco ningún tipo de perfección, sino más bien mostrarlo como se creó, con base en lo que estaba buscando.
¿Qué es lo más complicado?
Me gusta mucho que trabajo para mí, todo lo que hago es porque así lo pienso y es la perspectiva que quiero poner allá afuera; definitivamente mi parte favorita es que lo que hago lo hago para mí, porque a mí me gusta. La parte más complicada es que el medio del arte es muy cerrado, en México dedicarte al arte es como un mito, escuchar que vas a vivir de pintar no es algo muy común, es complicado por la incertidumbre de hacia dónde voy y a dónde voy a evolucionar como artista. Creo que la incertidumbre tanto creativa como profesional es algo con lo que hay que lidiar todos los días.
¿Cómo es tu proceso para la creación de una obra?
Definitivamente el texto siempre viene primero, a mí siempre me ha gustado escribir y tengo la rutina de cargar siempre con una libreta: lo que se me va ocurriendo lo voy escribiendo. La parte literaria siempre va primero y después va la parte pictórica; ya me siento en mi estudio, repaso lo que escribí y escojo algo que me haya gustado, ahí viene la parte pictórica: se decide qué se quiere hacer y sobre qué material va a ir, con base en lo que se quiere decir.
¿A quién dedicas tu obra?, ¿para quién escribes?
Definitivamente hay distintos destinatarios, dependiendo de la intención. Hay muchas cosas que escribo porque yo necesito leerlas; creo que también, hablando de disfrutar el trabajo, para mí esto no deja de ser un ejercicio de purga emocional también, el quitarle el peso a ciertos pensamientos y sentimientos, y depositándolos en otro lado. La mayoría de las veces estoy escribiendo para mí, porque son cosas que yo necesito leer.
Mi pintura es muy honesta en el sentido de que no busco ningún tipo de perfección, sino más bien mostrarlo como se creó, con base en lo que estaba buscando.