Las enfermedades respiratorias no han tenido un aumento significativo en las últimas semanas, pero conforme avance el invierno, es probable que suceda
Con la llegada del invierno, las enfermedades respiratorias comienzan a ganar terreno. La baja en las temperaturas y los cambios bruscos de clima incrementan la exposición a virus y bacterias que causan infecciones respiratorias agudas.
Entre las más comunes están la neumonía, la influenza, el SARS-CoV-2 y las infecciones respiratorias por adenovirus. En ese escenario, es crucial tomar medidas preventivas para proteger a los grupos más vulnerables: niños menores de cinco años, adultos mayores de 60, y aquellos con comorbilidades como diabetes, hipertensión u obesidad.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud, las infecciones respiratorias agudas (IRA) no han tenido un aumento significativo en las últimas semanas, pero conforme avance el invierno, es probable que los casos incrementen.
Las autoridades sanitarias han hecho un llamado a no bajar la guardia, ya que enfermedades como la neumonía, una de las principales causas de mortalidad, suelen aumentar su incidencia durante esta temporada.La neumonía es una infección grave que afecta a los pulmones y puede ser provocada por diversos agentes, como virus, bacterias o incluso hongos. Los síntomas más comunes incluyen fiebre, tos y dificultad para respirar.
Otro virus que no debemos perder de vista es el sincicial respiratorio (RSV), que es especialmente peligroso en niños pequeños y adultos mayores.
En algunos casos, esta infección puede evolucionar a bronquiolitis o neumonía, aumentando el riesgo de hospitalización. A esto se suma el continuo riesgo del SARS-CoV-2, responsable de la pandemia de Covid-19, y los habituales brotes de influenza, que juntos crean una “tormenta perfecta” en cuanto a enfermedades respiratorias durante el invierno.Para reducir el riesgo de contraer estas infecciones, la vacunación es clave.
Tanto la vacuna contra la influenza como la vacuna contra el Covid-19 deben ser prioridad, especialmente para las personas en riesgo. Además, las medidas preventivas como el uso de mascarillas en espacios cerrados, la ventilación adecuada de los hogares y la higiene de manos constante, siguen siendo efectivos para minimizar la propagación de virus respiratorios.