Gaby Fernández y Mau Ochoa son mejores amigos, cómplices y pareja. Y además de tener una vida en común, comparten su gusto por el tema wellness y por participar en los realitys de supervivencia, donde también lo han hecho muy bien
Se conocieron por casualidad y unos años después se reencontraron para no separarse. Así es la historia de Gabriela Fernández y Mauricio Ochoa, quienes, además de coincidir en al amor, comparten su gusto por el wellness y por participar en los reality shows donde la supervivencia y los retos físicos son pruebas de todos los días.
Gaby Fernández, actriz, modelo y conductora, comenzó su carrera en la televisión con su participación en la primera edición de “La isla”, el primer reality de este tipo que paralizó a México debido a sus altos niveles de audiencia. Lo demás es historia: a lo largo de más de una década, Gaby ha sido figura destacada en varios realitys y la cara de muchos programas. En meses pasados estuvo en República Dominicana como abanderada del Equipo Verde en la más reciente edición de “Survivor”, el proyecto, según confiesa, más difícil en el que ha participado, pero el más enriquecedor.
Mauricio Ochoa, dedicado al 100 por ciento al tema del wellness y la preparación física, decidió un día cambiar sus hábitos y enfocarse en sí mismo, decisión que no solo cambió su vida, sino que definió su profesión y lo llevó a participar en la más reciente edición de “La isla”, desafío que vivió en Turquía.
Como pareja, Gaby Fernández y Mau Ochoa son inseparables, “una pareja en peligro de extinción”, de las que ya no hay, como dice Mau, de las que se comunican y en las que no existe el ego; eso, según confiesa la pareja, es el secreto de su relación.
A tan solo unos días de haber celebrado un aniversario más de estar juntos, la pareja nos compartió un poco de su vida y de su trabajo en las pantallas.
Gabriela Fernández
¿Hace cuántos años comenzaste en el showbiz?
Mi primer reality show lo hice hace 12 años, yo tenía 20. Justo ese fue mi primer acercamiento a la televisión, fue en el reality en el que Mau acaba de salir ahora, eso me dio mucha emoción, que él tuviera la oportunidad de poder ir al mismo donde yo empecé.
Yo estudié actuación en el CEFAT y mi primer proyecto en la televisión fue participar en “La isla”, y ahí comenzó mi carrera. De ahí me dediqué mucho a la conducción, estuve como conductora en varios programas, ahorita mi enfoque es en la actuación totalmente y estoy haciendo teatro también, que es algo que disfruto mucho, y a pesar de que en la actuación quizá no he dado el paso que quiero, no he dejado de intentarlo; me veo ahí, actuando, haciendo películas, participando en series, transmitiendo, haciendo todo esto que a la gente le gusta.
¿Qué tienen los reality shows que son tan magnéticos?
Es un tema que está muy de moda, todo mundo quiere participar en los realitys, pero no todo es simplemente el hecho de entrar, yo siempre he dicho que se necesita más fortaleza mental que física, un reality no es tan sencillo como todos creerían, no se trata de tener condición física, es más mental que físico y, si físicamente es muy demandante, mentalmente necesitas mucho más.
Me parece que los realitys están tan en tendencia porque la gente encuentra ahí a personajes con los que se identifica, como lo decía nuestro conductor en “Survivor”, el buen “Warrior” (Carlos Guerrero): así como actúas en un reality, así te desenvuelves en la vida, entonces, ya está en ti cómo quieres actuar, cuál es el mensaje que quieres mandar, y creo que tenemos una responsabilidad bien grande los que hacemos reality shows de saber qué mensajes quieres mandar. Hay de todo: hay quienes quieren hacer un personaje, pero de pronto sale tu verdadera personalidad.
¿Cuál es el mensaje que tú has transmitido en tus participaciones?
Hay algo que justo tuvimos mucho en común Mau y yo, ahora que yo estuve
en “Survivor” y Mau en “La isla”, y es una frase que gritábamos mucho los dos, que es: “puro corazón”, y creo que a nosotros nos mueve eso, jugar desde el corazón, desde los valores que tenemos.
Al final el reality, porque es un juego, te lleva a hacer estrategia y eso también hay que entenderlo: hay personas que se clavan muchísimo y es la idea: que la gente pueda encontrar en esos personajes a alguien que ames y a alguien que de plano no soportes; en mi caso, me quise manejar siempre desde la lealtad, no traicionar y jugar con el corazón, y creo que eso es lo que nos mueve a Mau y a mí como pareja también; Mau dice que somos una pareja en peligro de extinción.
De los proyectos que has hecho recientemente, ¿cuál te ha gustado más?
De los que he hecho últimamente, creo que “Survivor” ha sido lo más difícil que he hecho y también el que más he disfrutado, porque después de 12 años de haber hecho mi primer reality, creo que ahora iba mucho más preparada, tanto física como mentalmente, pero también, estando ya tan desenvuelta en la televisión, sé un poco trabajarlo.
Vienen muchas cosas más en la televisión en las que estoy trabajando, pero sí te puedo decir que “Survivior” sí me ha movido, porque es como es la vida: a veces tienes que echarte una lloradita y regresar, y darlo todo, como pasa en la vida, y aprendes mucho de ello.
¿Qué se te ha hecho lo más complejo de dedicarte a esto?
Coincido en que puede ser la poca estabilidad que tiene esta carrera: a veces estás arriba y a veces estás abajo, a veces hay y a veces no, y a veces luchar contra eso es difícil, porque tienes que aguantar, seguir y volver a intentarlo.
¿Cuál es el encanto de la carrera?
Siempre que quiero tirar la toalla algo llega, es como mágico. Creo que lo que a mí me mueve es la pasión con la que estoy haciendo las cosas, la pasión que siento yo al estar en pantalla, al estar en teatro, estar transmitiendo. Siempre he dicho que solo se vive una vez y hay que disfrutarlo, y me tocó estar de este lado en el que puedo conectar no solo con ciertas personas, sino con un mundo que nos ve, y es bonito cuando la gente te escribe, cuando te dice que te apoya, que le mandaste un buen mensaje; es bonito cuando la gente te grita en la calle: “puro corazón”, y conocer más allá de lo que tienes cerca; hay mucha gente en el mundo para que- darte solamente con los que te rodean.
¿Cómo empezó todo entre Mau y tú?
Hace unos años nos cruzamos en un bazar, ese fue el primer acercamiento, en ese entonces, que fue hace como seis años, no me llamó la atención; él me cuenta que le parecí guapa.
Hace como dos años nos encontramos nuevamente y un 15 de septiembre que no tenía nada que hacer, se me fue la noción de que era día festivo y salí en mi bicicleta, y yo le escribí a él, me había dicho: “A ver si un día salimos a tomar un café”. Los dos somos Libra y le escribo: “Hey, Libra, ¿dónde comes hoy?”, con ganas de que me sacara de mi casa, porque necesitaba despejarme; me contestó: “Donde me invites”. Nos quedamos de ver en un lugar de ramen y nuestra primera cita fue el desahogarnos de todo lo que nos estaba pasando en ese momento, nunca hubo el tema de “tengo que quedar bien”, fue totalmente desinteresado, pero en el momento nos dimos cuenta de que algo nos llamaba la atención al uno del otro y me enamoró desde el lado bonito, sin presiones, entonces, por eso marcamos el 15 de septiembre como nuestro aniversario, que, aunque no fue el día que nos hicimos novios, fue el día en el que nos vimos y ya no nos separamos.
¿Cuál es tu mayor secreto?
Me encanta el humor, para mí algo importantísimo en la vida es tener un buen sentido del humor. El secreto para estar tranquila y dejarme fluir en la vida es perderle el miedo al ridículo.
Si tuvieras el poder de cambiar algo en las personas, ¿qué sería?
Siento que cada persona viene con la misión de hacer algo y no se trata de cambiarlos, pero si pudiera cambiar algo, es que las personas tuvieran más empatía hacia la persona que tienen enfrente; si fuéramos más empáticos, me parece que seríamos un mejor mundo.
Mauricio Ochoa
¿Cómo empiezas en el tema del wellness?
A los 26 años decido dejar de tomar y alejarme de todo ese mundo. Fue como volver a nacer, dejé de lado lo que yo conocía y dejé de lado el alcohol, y empiezo a darme cuenta de muchas cosas que no me estaban haciendo bien, y empiezo a enfocarme en el fitness y en la salud emocional y ahora es a lo que me dedico, al tema del wellness.
Me gusta mucho decir que la salud física es la base de la salud emocional, porque químicamente las endorfinas y la dopamina que generamos es lo que le da la base; otra cuestión es la alimentación: ahora con tantos carbohidratos, azúcares y conservadores, también provocan que mucha gente esté deprimida ahí afuera, es un tema que si cambiamos ciertos factores como reducir los azúcares y regulando los alimentos, la bioquímica del cuerpo cambia; también me enfoqué en aprender esta parte.
Eres conocido como “Papá Millennial”, ¿por qué?
A los casi 30 años me convierto en papá, por eso mi seudónimo de “Papá Millennial”; soy quien pasa la mayor parte del tiempo con mi hija y también me gusta compartirle desde ahora lo que yo he aprendido en estos años que llevo en el tema del wellness. Todo lo que la ayude a desarrollarse en un ambiente más sano es uno de los factores que yo procuro, no solo en el núcleo familiar, sino en otros círculos; hay que prepararse para la sociedad, como yo lo digo, siempre con mucho cariño y amor, y platicar mucho con ella es la base de mi relación con mi hija.
¿Qué te llamó la atención de Gaby, tu pareja?
Cuando encontré a Gaby, encontré mucha paz, somos mejores amigos y en nuestro caso algo que valoro mucho es que ella también demuestra el cariño queriendo estar; así comenzó nuestra relación, ella me invitó a comer. Normalmente es el hombre y
la regla social que dice que el hombre tiene que ser siempre quien haga una invitación, la verdad es que se siente hermoso que alguien tenga esa valentía de decir: “vamos a comer, quiero convivir contigo”, y así fue como comenzó nuestra historia.
¿Por qué dices que Gaby y tú son una pareja en peligro de extinción?
Es algo que me gusta mucho decir. De entrada, los dos reflejamos ese amor que tenemos el uno por el otro, pero también mucha paz, donde nuestro lugar seguro es el uno para el otro, con ella puedo ser yo y ella puede ser ella misma estando conmigo, y ahí radica el amor que nos tenemos.
¿Cómo fue que llegaste a “La isla”?
Gaby estuvo en las primeras ediciones de “La isla” y me llamó la atención el tema, estuve haciendo audiciones el año pasado para estos realitys, tengo el expertís en algunos temas como la cuestión de la destreza física, el ayuno intermitente, etcétera, y Gaby me metió la espinita alguna vez que vimos juntos su participación en el reality, y me emocionó el poder hacerlo.
En este año le llaman a Gaby para irse a “Survivor”, ella se va cuatro meses. Regresando Gaby, justo me hablan para “La isla”, solo tuvimos 20 días entre que ella llegó y yo me fui, algo un poco difícil.
¿Qué tan complejo es estar en este tipo de competencias?
La competencia al principio fue muy difícil, nunca había estado en televisión antes y no sabía qué cosas decir o no decir, pensaba que tenía que estar actuando cuando tenía que ser yo y es usar todas tus habilidades sociales, estratégicas y físicas para poder seguir avanzando en la competencia semana con semana.
Las primeras cuatro semanas de mi estadía fueron las más complicadas, porque no lográbamos concretar puntos; afortunadamente, como tenía experiencia en el tema del ayuno, pude tener la mente clara; una vez que las cosas cambian, eso comienza a reforzar mi confianza y empiezo a anotar puntos, y no solo eso, sino a ser la base del equipo.
¿Qué te dejó “La isla”?
Para mí “La isla” me cambió el cómo me veo yo, el cómo pude expandir esos límites y las creencias de que no era bueno en muchas cosas y ahora veo que sí soy bueno, y también he visto muchas áreas de oportunidad en algunos aspectos, pero en lugar de sentirme triste, me abre el panorama para ver cómo puedo mejorar.
Quedé en quinto lugar, a un pasito de la final, pero la verdad es que salgo muy contento, renovado, con energía, con muchas ganas de seguir haciendo ese tipo de proyectos y otros proyectos personales e ir honrando no solo a mi pareja, sino también a mi familia en cada paso que doy, y hacer sentir orgullosos a cada uno de ellos.
¿Cuál es el secreto mejor guardado de Mauricio?
Creo que tiendo a poner una barrera visual donde parezco un chico rudo, pero realmente es que soy una persona supersensible. La imagen que tengo con los tatuajes y la barba es un poco la balanza, como buen Libra que soy, de poder nivelar mi personalidad.
Si tuvieras el poder de cambiar algo en las personas, ¿qué sería?
Me gustaría que las personas pudieran ser más genuinas: por ponernos tantas capas y querer pertenecer, acabamos en lugares que no pertenecemos. Creo que el ser genuino y poder hablar desde tu intimidad te abre las puertas a los lugares correctos donde tienes que estar.
¿Cuál es su secreto para ser una buena pareja?
La comunicación, tener una comunicación que parezca ser excesiva; al principio las conversaciones incómodas van a ser muy incómodas, pero todo eso es esencial, nunca hay que guardarse nada.
La comunicación y ser muy receptivo, dejar el ego a un lado y eso te va a llevar a resolver cualquier situación.