Además de darle sazón a la comida, el romero tiene propiedades farmacológicas y efectos antioxidantes, pero lo mejor es que la puedes cultivar en casa y tenerla fresca cada vez que la necesites
Común en el paisaje mediterráneo, el romero es un arbusto que pertenece a la familia de las labiadas y que, en condiciones ideales, puede alcanzar hasta un metro y medio de altura. Su uso más común es en la gastronomía, mezclándose con otras plantas aromáticas como el laurel o el tomillo, y se usa como condimento para potencializar los sabores. Considerada una hierba sagrada por los antiguos griegos, también contiene propiedades farmacológicas. Aquí te compartimos algunos de los beneficios de esta planta, cuyo uso, aunque muy seguro, tiene algunas contraindicaciones, por lo que te recomendamos consultar con tu médico si deseas consumirla con frecuencia.
¿Cómo cultivar el romero?
Para cultivar romero, puedes usar semillas o esquejes, siendo estos últimos más fáciles y con mayores probabilidades de éxito. Al usar semillas, prepara una maceta o semillero de unos 15 centímetros de profundidad y usa un sustrato rico en nutrientes, disponible en viveros o supermercados. Remoja las semillas por una noche antes de plantarlas superficialmente (aproximadamente dos centímetros de profundidad). Coloca la maceta en un lugar bien iluminado pero sin sol directo y riega regularmente. Las semillas deberían germinar en unos 20 días. Para esquejes, remójalos en enraizante la noche anterior a la siembra, quita las hojas de los cinco centímetros inferiores y entiérralos a esa profundidad. Riega con enraizante los primeros días. Sabrás si el romero ha arraigado con éxito en un par de semanas.
Propiedades curativas
La función principal del romero está vinculada al sistema digestivo, destacando:
- Efecto diurético, antiinflamatorio, antiulcerogénico y antioxidante.
- Efecto bactericida: funciona como antiséptico y fungicida.
- Efecto rubefaciente y cicatrizante: aumenta el flujo de sangre en la zona, aliviando dolores de afectaciones osteomusculares.
- Efecto carminativo: favorece la disminución de la generación de gases en el tubo digestivo y con ello disminuyen los cólicos.