Con rumbo fijo

    Víctor González no descarta regresar en un futuro a vivir a Querétaro, donde radica su familia y de donde él guarda recuerdos imborrables

    Protagonista de grandes historias, el actor queretano no ha dejado de sorprendernos con grandes actuaciones y no solo en la televisión: ahora mismo continúa presentándose en la obra de teatro Papito querido, junto a otros grandes.

    Con muchos sueños y proyectos por delante, Víctor González continúa siendo uno de los favoritos entre el público, pues la pasión que imprime en cada uno de sus personajes se transmite a través de las pantallas y su carisma y singular personalidad hacen imposible no reconocerlo en cuanto lo vemos: es tan evidente como el talento que posee.

    Entre las grandes habilidades de Víctor destaca su capacidad de adaptación y la preparación que ha llevado y continúa procurando para interpretar cada uno de los personajes a los que les da vida.

    ¿Con qué sueña hoy Víctor González?

    Con seguir trabajando, hablando profesionalmente, en esta etapa de mi carrera hacer personajes más interesantes, incursionar en personajes más de carácter. Tengo muchas ganas de seguir trabajando e ir a trabajar a España próximamente.

    Otro de mis sueños es regresar a trabajar a Querétaro. Solo he hecho una novela en Querétaro, “Perla”. Algunas locaciones estaban en Querétaro y grabamos muchísimo en el Centro Histórico, en plaza De Armas.

    De niño, ¿soñabas con ser actor?

    De niño quería ser torero. No tengo rancho ni nada, pero en Querétaro se conoce el ambiente taurino y me gustaba, yo iba a las corridas, fui forcado algún día y decía “¡qué padre es esto!”. También de niño hacía todas las obras de la escuela porque tengo buena memoria y me aprendía los textos más que los otros niños y me gustaba, pero no me apasionaba para decir “¡me voy a dedicar a esto!”. Más bien me apasionaba la música y me metí al Conservatorio en Querétaro, luego me vine a Ciudad de México a los 17 años, siguiendo el sueño de la música, pero acabé en una casa de la cultura en Tlalpan tomando clases de guitarra.

    En ese tiempo ya sabía del CEA, se conocía que era la escuela de Televisa, y en ese ínter de decidir qué iba a hacer… Porque no pasaba nada en la parte de mi vida como músico, tenía la guitarra y la chamarra, pero no tocaba nada, entonces fui a tocar puertas al CEA y a hacer fila, y entré, pero no sabía si era lo mío y me fui a vivir a Cancún con un primo poco más de un año, hasta que supe que quería regresar a México e intentarlo nuevamente. Regresé de nuevo al CEA a tocar la puerta y logré entrar, fue impresionante el cambio de un año, me apasionó y quería estar todo el día ahí, sentí que ya tenía un propósito en mi vida y ya me quedé hasta ahorita.

    ¿Cuál es el balance de tu carrera desde que decidiste entrar al CEA hasta ahora?

    Creo que he sido un actor suertudo, creo que he trabajado bastante. Viendo cómo es la carrera de los actores en México, en todos lados es muy difícil, pero en México decimos que es una profesión de alto riesgo.

    Yo he tenido mucha suerte, he trabajado mucho, me ha tocado estar, he aprendido que para eso hay que estar, la actuación es una carrera muy celosa. Me fui un tiempo a Miami a trabajar, allá está mi hijo, pero es una carrera muy celosa, cuando me quedaba mucho tiempo por allá, cuando regresabas era como volver a empezar y lo que he aprendido con el tiempo es que esta carrera así es: a veces tienes cuatro trabajos y no sabes ni cómo dividirte y a veces no tienes nada.

    ¿Qué es lo más difícil de ser actor?

    La incertidumbre. Yo le daría un consejo a mi hijo, si quisiera ser actor, y es que estudie algo además de la actuación, porque es una carrera muy inestable. Pero también esa incertidumbre tiene su lado bueno: no sabes qué va a pasar mañana, pero cuando pasa te sorprende.

    Hace unos años, cuando comenzaron los servicios de streaming también fue un cambio muy complejo, porque era algo que los que ya llevábamos tiempo en la industria no conocíamos y no sabíamos cómo empatarnos con alguien que nunca había visto la televisión.

    ¿Cómo lidias con la migración de contenidos hacia otras plataformas?

    Ahora ya se fusionó que la gente de las novelas también está en series, al igual que las producciones. Ahora las novelas tienen más valores de producción porque todo va cambiando; ahora sí hacemos una novela como las de antes no la ve ni mi mamá, todo es más rápido y exige otro tratamiento para enganchar al espectador.

    Yo estoy agradecido con lo que me ha pasado, sobre todo la opción de estar activo; sigo en el teatro, tengo opciones de trabajo. Sigo haciendo castings todos los días, eso sí, todos los días hago un casting, eso también ha cambiado mucho, ahora tú haces el casting en la casa y si entras al segundo filtro ya se hace presencial, pero yo sigo buscando oportunidades todos los días.

    ¿Qué trabajos han sido parteaguas en tu carrera?

    Tengo tres trabajos que creo que han marcado un antes y un después en mi carrera. El primero fue “Mirada de mujer”, que fue una de mis primeras novelas, antes de ella ya había participado en otras haciendo papeles más pequeños, pero esta fue la primera en la que tuve una participación sustancial, donde me pude mostrar como actor, en la que la gente me empezó a reconocer. Justo en este tiempo comenzó Argos con una visión distinta de hacer las cosas y probé suerte ahí y las cosas se dieron con este proyecto, que además tuvo una exposición impresionante.

    Otro proyecto que fue un parteaguas en mi vida fue “Azul tequila”, que fue mi primera gran novela importante, con una producción impresionante. Ese personaje me llevó a trabajar muchísimo, no paré de hacer una novela tras otra.

    Y el tercero fue “Pasión Morena”, esa novela fue una locura, hasta la fecha, cada año me llevan a Italia, cada año la siguen pasando allá. Fue una gran novela, fue una novela muy vista. Grabamos en Chiapas y fue una locura el rating.

    Después me fui a Miami a hacer una novela, y me gustó y me quedé a hacer más trabajos allá, pero en el 2008 cerraron todas las producciones allá porque la gente quería ver algo mexicano, el grueso de la población allá es mexicana, entonces, querían ver novelas mexicanas, querían ver México, y fue justo en ese ínter que me vuelven a llamar de México para hacer “Pasión Morena” y me regresé a TV Azteca a hacer la novela e hice otras tres novelas más después de esa.

    De ahí me regresé a Miami a hacer otros trabajos y vuelvo a México a hacer “La candidata”. Esta novela también la consideraría como un parteaguas, porque fue la primera novela de Televisa que la hicieron en formato de serie, con escenas más cinematográficas y otros movimientos de cámara.

    A partir de esa novela comencé a trabajar más en novelas en Televisa. Ahora la última que hice la acabé de grabar en marzo pasado. Estoy entre Miami y México, pero paso más tiempo acá, porque es donde suceden las cosas y hay que estar, porque, como decía, esta carrera es muy celosa. Ahora México está muy activo en cuestión de producciones, todas las productoras más importantes de Latinoamérica están acá.

    Cuéntanos de “Papito querido”, esta obra en la que te hemos disfrutado desde hace un tiempo

    Ya llevamos un año y dos meses de gira con esta obra, hemos estado por toda la República, incluso en algunos estados dos veces, además de otros países, como Estados Unidos. Decidimos ponerla nuevamente en la Ciudad de México en una temporada corta, solo van a ser 12 funciones, pero es una obra increíble, ha sido un éxito total, y trabajar con Humberto Zurita como compañero y como productor es un agasajo, verlo es aprender, terminamos la temporada a mediados de marzo.

    ¿Te regresarías a vivir a Querétaro?

    Me encantaría, voy mucho a Querétaro, tengo el sueño de que mi hijo, que es queretano pero ahora vive en Miami, estudie ahí la prepa. Toda mi familia es queretana y tengo muchos amigos, me encanta ir, me encanta estar allá; cuando voy, ya no me quiero ir, ahí crecí…

    No descarto vivir en Querétaro, me encantaría.

    Créditos:

    Articulos relacionados

    Siguenos

    Últimas entradas